Y de pronto se sorprendió a ella misma caminando por la calle acompañada de la lluvia y sin si quiera un peso… marcando y marcando a un teléfono que tardó en devolver el llamado… y a otro que nunca lo devolvió por conocidas razones… con un pelo liso variando a ondulado por las suaves gotas que llegaban a él… con la sensación de no saber lo que estaba haciendo… descubrió que su vida se ha vuelto últimamente un tanto esquemática, pues la decisión que tomó fue apresurada y no acostumbra a tomarlas así, y la que tomó le movió el piso haciendo que se sintiera a la deriva caminando por esas calles un poco oscuras y mojadas…Lo único que la hacia pensar en que llegaría a tierra firme era un amor que la esperaba en casa, esperándole sólo a ella, sus caricias y el canto de melodías que tranquilizan o a veces hacen florecer sonrisas… esa figura que a cualquiera encanta, ya sea por su sonido o por lo bien cuidada que luce… ese brillo único, que al menos a ella le tranquiliza ver y sentir… el amor de su vida… su guitarra… que con nadie se comporta como lo hace con ella… que incluso ella piensa que en algún momento se pondrá celosa de otros amores, pero se esforzará por hacerle entender que ninguno se comparará con ella y que ella ha estado siempre haciéndole compañía y esperando por ella… refugio para penas y alegrías…
siempre compañera...
nuna desplazada...
NUNCA
Caminar bajo la lluvia es lo mejor, sobretodo cuando una tiene pena porqe asi no han notado como van tus lagrimas rodando sobre el rostro... En fin, Una guitarra... Compañera de la hermosa melodia qe armonisa los sentidos y hace todo fluir.
ResponderEliminarTe qiero mojona
Y sin querer ella se da cuenta de que su amor, la guitarra, es ella misma.
ResponderEliminarEso pienso yo. Lo que la hace especial, es que la guitarra es un instrumento de su alma, algo que saca a flote su propia esencia. Cuando toca la guitarra está hablando con el idioma de su alma, con ella misma y para otros. Y eso es lo mejor, después de todo la mejor compañía es uno mismo alegre, porque la alegría de la vida propia atrae a otras vidas de alegría y así nunca se está solo.